Hace pocos meses, en diciembre del 2015, se inscribió en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO el ?fileteado porteño?, un estilo pictórico único, muy característico de la Ciudad de Buenos Aires y que transmite cierto aire romántico. Probablemente sea lo más típico, junto al Tango, de la Capital de Argentina. Ambos estilos están considerados como Bien Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Este estilo de dibujar y pintar en ?filetes? nació a finales del siglo XIX para decorar los carros, carretas y transportes (casi siempre de alimentos), con tanto éxito, que a los pocos se convirtió en una moda utilizada para la publicidad, cartelería y diseño en general, creándose importantes Escuelas para la formación de artistas a lo largo del siglo XX.
Refranes, frases ingeniosas, poemas, dictámenes filosóficos o relacionados a la política con sutileza, en letras góticas o cursivas, acompañadas por una imagen o simplemente formando simetría entre las líneas y espirales, casi nos recuerdan al personaje de Mafalda (claramente influenciada por esta forma de cultura). Al estar impregnado todo el espacio bonaerense con este arte tan particular, nos damos cuenta de la impresionante fuerza de una simple ?moda?, y los historiadores se encuentran con el dilema de si es el carácter argentino, porteño en particular, el que crea este estilo o si fue su invención la que ha conjugado un papel ?culturizador? y determinando al fin un común denominador para el g...