Los tramos de muralla que rodean el casco antiguo y que aún se mantienen en pie son el mejor ejemplo de las raíces romanas de la ciudad y otro de los lugares importantes que no debes perderte en tu excursión a León.
Sus orígenes se remontan al siglo I a.C., cuando la ciudad estaba gobernada por los romanos, pero la mayoría de las partes que se pueden ver hoy en día pertenecen a una restauración que tuvo lugar a finales del siglo III, lo que la convierte en una de las murallas más antiguas de España.
La que va desde la Avenida de los Cubos hasta el Arco de la Cárcel, la única puerta de acceso a la ciudad amurallada que se ha conservado, es una de las partes más visitadas, en la que se pueden ver varias torres semicilíndricas conocidas como «cubos». El que comienza en la Torre del Gallo, rodeando la Colegiata de San Isidoro, hasta llegar a la Avenida de Ramón y Cajal, es otro fascinante tramo donde se pueden ver los restos de la muralla romana del siglo I. En la Calle de las Cercas y la Avenida de la Independencia, se pueden ver otros tramos menos fotogénicos.
Si vas a León no puedes perderte estas actividades.

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